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The Company Men: otra manera de hacer negocios

Gracias a SensaCine y a Tripictures Spain, Quiero Cine estuvo presente en el preestreno de The Company Men, dirigida por el debutante John Wells con notable acierto.

The Company Men nos sitúa en medio de un periodo de cambio: la recesión de 2008 y nos muestra cómo esta convulsa etapa afectó a las altas esferas de los negocios. Aunque a simple vista pueda parecer un relato complaciente sobre la clase alta y su carácter acomodaticio, lo cierto es que todo el engranaje de personajes principales y secundarios nos muestra las distintas formas en las que esta situación puede abordarse: desde tirar la toalla, hasta levantar con esfuerzo un nuevo negocio, pasando por la desesperante situación del despido y de la aulatina desposesión de lo que se había conseguido más o menos merecidamente.


Una crisis del sistema que se traduce en una crisis personal sobre los propios valores que guían nuestros actos ¿es más importante un club de golf o cenar con la familia? Las respuestas son tan obvias y el destino del relato tan previsible que en algunos momentos flaquea la trama aunque también hay que reconocer que ésta se enriquece gracias al despliegue coral de interpretaciones de primera categoría. Up in the Air mostraba también algunas de las situaciones que jalonan The Company Men: afrontar el despido, la búsqueda de un nuevo empleo, la preparación que necesita una persona que de un plumazo pierde su estatus laboral y social para verse nadando a contracorriente y peleando por un puesto inferior con personas más jóvenes y mejor cualificadas...


A la problemática social se une la complejidad de las relaciones personales: amistad, amor entendido de diferentes maneras, relaciones paterno-filiales y las expectativas que los hijos ponen en sus progenitores, etc. La evolución del personaje principal será la que nos haga reflexionar y comprobar cómo es posible (e incluso saludable) adaptarse a nuevas situaciones que nos permiten tener los pies en el suelo.


Pero lo más sugerente de la película es cómo está rodada, cómo se muestran las relaciones de poder entre los personajes con cada encuadre, cómo se subrayan los sentimientos de los personajes (ante la dificultad para emprender una nueva tarea, el director sitúa a Ben Aflleck ante una escalera, por ejemplo) o cómo se metaforizan las situaciones como sucede en el plano final.

Nota: 7,5/10
Presta especial atención a: las magníficas interpretaciones de todos los actores, el elenco es tan compacto que incluso se perdona que Ben Affleck protagonice el relato y casi pasa inadvertida la espantosa actuación del chaval que interpreta a su hijo (o estaba muy mal dirigido, lo que parece improbable, o el fallo de casting es tremendo).
La mejor escena: la fotografía es sobresaliente, pero quizás despunta de forma especial en algunas de las escenas protagonizadas por el magnífico Chris Cooper, como aquélla en la que se le ve tirando piedras al rascacielos de la compañía GTX y que recuerda la impagable escena de Los lunes al sol en la que era Bardem quien se revelaba ante un sistema deshumanizado rompiendo una farola (magnífica y muy recomendable cinta de Fernando León de Aranoa). También Tommy Lee-Jones se muestra en un punto álgido en su carrera como actor, revalorizándose gracias a este papel complejo que le sienta como anillo al dedo.
Un punto de inflexión: el mayor desliz de la película es el de ser excesivamente amable y predecible. A pesar de ello, el personaje que encarna Kevin Costner es muy metofórico, como lo es en general la película, y viene a restituir la armonía en un nuevo estatus social, que se vislumbra más humano y coherente en su forma de hacer negocios.

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