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CRÍTICA La gran familia española

La gran familia española nos retrata una inusual y a la vez normal familia compuesta por un padre y sus cinco hijos, con una madre ausente y un sinfín de problemas que parece homenajear a "LA FAMILIA" (con acento italiano y uniendo pulgar con índice) esa que todos tenemos, mediante la singularidad e imprescindible presencia de cada uno de sus miembros a cada cual más peculiar.

El cuarto largo de Daniel Sánchez Arévalo (Azuloscurocasinegro, Gordos, Primos) desde el principio promete con un comienzo sobre la historia familiar narrado por el más joven de los hermanos, Efraín. Él, mediante una narración en el colegio, nos da a conocer su visión sobre cómo comienza su familia, cómo sus padres planearon tener muchos hijos, tantos como en la película: “Siete novias para siete hermanos” que era la película preferida de sus padres y la que simbolizaba su unión. Sin embargo, más tarde, cuenta cómo su madre les abandona y el niño termina declarando su amor a una niña (Carla) al término de su narración en medio de clase para poder continuar con la familia que su padre empezó.

Diez años después, nos muestran los momentos actuales en los que esos dos niños, ya con 18 años, van a casarse, casualmente el día en que la selección de fútbol masculina de España "la roja" juega la final de la copa del mundo en Sudáfrica en el 2010. El fútbol es la excusa perfecta para realizar comparaciones continuamente sobre los objetivos que se plantean en la vida sus personajes y cómo hay que luchar por conseguir lo que uno quiere sin rendirse, porque puede ser posible que se haga realidad (puede ser posible ganar). A pesar de las dificultades hacen equipo para salir adelante, al igual que en el partido.


La película nos va presentando de manera divertida a sus personajes, en cuanto a los cinco hermanos, todos con nombres bíblicos y por orden alfabético, como en la película preferida de sus padres; el hermano mayor, Adán (Antonio de la Torre), separado y deprimido, con tratamiento psiquiátrico, un poco neurótico e imprevisible, con una hija pequeña loca por el fútbol, sorprende con sus reacciones y equilibra en determinadas situaciones a pesar de estar un poco desquiciado. Benjamín, el segundo hermano (interpretado magistralmente por Roberto Álamo) con una deficiencia psíquica pero que no le impide enterarse de cosas que nadie sabe y demostrar una audacia ante determinados acontecimientos. Caleb (Quim Gutiérrez), el tercer hermano, el más serio y racional de todos, es el que aparece en último lugar pero siempre está presente hasta cuando no está.


Daniel (Miquel Fernández) el cuarto hermano, preocupado por todos siempre, asumiendo un papel que él cree que le queda grande (aunque luego se demuestra que no es así) puesto que siente que tiene que tirar de la familia dadas las circunstancias de su padre (deprimido y triste desde que su mujer se fue) y sus tres hermanos mayores que por un motivo u otro no han asumido responsabilidades. Y por último Efraín, el hermano pequeño, interpretado por Patrick Criado que representa la locura y efervescencia juvenil y cuyos cómplices serán las hermanas Carla (Aranxa Martí) y Mónica (Sandra Martín) que dotarán a la historia de frescura y complicidad en momentos complicados. 


Todo se desequilibra a la llegada de Caleb, dos años ausente por su trabajo como médico en África y que vuelve para asistir a la boda de Efraín. Precisamente la exnovia de Caleb, Cris (Verónica Echegui) está ahora saliendo con Daniel. Eso provoca un enfrentamiento entre los dos hermanos que, como no podía ser de otro modo, despierta una especie de te quiero-te odio que las relaciones familiares conllevan a veces y que el director plasma de manera muy creíble haciendo que nos identifiquemos con ellos.


Con estos personajes se desarrolla una trama rayando lo absurdo que sin embargo va tomando coherencia a medida que se va sabiendo más de ellos. El espectador va almacenando vivencias que pueden parecer un sin sentido hasta que ese caos va convirtiéndose en una armonía parecida a la de los atascos de tráfico. Destacan personajes secundarios como el camarero patoso al que da vida Raúl Arévalo, uno de los actores fetiche de Daniel Sánchez Arévalo, cuya presencia es breve pero intensa (el rodaje coincidió con el de Los amantes pasajeros de Almodóvar) y la prima Marisa (Alicia Rubio) que desatan las carcajadas por sus papeles estereotipados tan divertidos, sobre todo esta última.

Esta familia, con todas sus rarezas y peculiaridades nos presenta a sus miembros de una manera en la que todos tienen un lugar, todos tienen algo que aportar, todos y cada uno de ellos con sus zapatillas de colores y sus cortes de pelo raros y sus salidas de tono, son importantes. El padre (Héctor Colomé) demuestra que a pesar de no haber podido cumplir su sueño de mantenerse unido a su mujer y tener una gran familia, sí que fue capaz de transmitir a sus hijos una unión que no pudieron conseguir para ellos como pareja, y en la parte más trágica de la historia se cuenta cómo un secreto familiar es en realidad un sacrificio y un acto de amor por parte de la madre de los cinco hermanos.


El trasfondo es más profundo de lo que se puede ver a simple vista puesto que a pesar de que se resuelven las tramas, cuando termina no es el final, da la sensación que aunque finalice no se puede evitar pensar en cosas que pasarán después sin necesariamente requerir una segunda parte. El director, que hace un gran trabajo guiando a los actores es además capaz, como guionista, de contar historias redondas y transmitir el proceso de cambio que sobrellevan muchos de los personajes de esta historia y que inevitablemente podremos extrapolar a nuestras propias familias y acontecimientos vitales.

Nota: 8/10

Lo mejor: Atención también a la frescura y originalidad en la forma de rodar la historia, sobre todo a la secuencia en la que Adán, su hija y su hermano Benjamín están relatando a la vez "su versión" de un incidente y también atención al montaje de fotografías que viene a resumir la vida en común de los tres jóvenes Efraín, Carla y Mónica.

Lo peor: Habrá quien encuentre la historia un tanto caótica, pero si tienen un poco de paciencia y ya que el ritmo de la película es muy adecuado, en un momento dado verán cómo todo tiene sentido en el inteligente guión de Sánchez Arévalo, que tiene más lecturas de las que puede llegar a aparentar.

-Alicia Hernández-

2 comentarios:

  1. Me rei mucho, y creo que es una muy buena pelicula, la mayor pega, que fuera de España, esta cinta no tendra ningun recorrido.

    Un saludo Raquel... aunque veo que firma Alicia Hernandez

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  2. Sí, es mi hermana. Pero recojo el saludo, hermoso, yo también me reí mucho. Espero que elijan Caníbal para representarnos en los Oscar, creo que es la que más puede pegar fuera porque como bien dices, ésta es una comedia muy fresca, pero no sé si se entenderá extramuros. ^^

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