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CRÍTICA La entrega (The Drop)

Por cortesía de nuestros amigos de SensaCine pudimos acudir el pasado martes al preestreno de esta película. La entrega (The Drop, Michael R. Roskam) comienza con un reflejo en la noche de Brooklyn sobre el agua, preciosa escena que va a marcar el espíritu dual de esta película donde el bien y el mal parecen intercambiables en determinados momentos.

Bob (Tom Hardy), un camarero de la típica barra americana donde todos se conocen y prevalece el deporte, alcohol y amistades de barrio, nos es presentado como un tipo normal, tranquilo, modesto e incluso religioso a su manera, ya que asiste a misa diariamente aunque nunca comulga, pero… ¿oculta algo?

James Gandolfini en La entrega

Bob trabaja con su primo Marv (James Gandolfini) en el bar y a lo largo de la película nos van indicando que aunque hace unos ocho años Marv era el propietario del bar, por circunstancias que nos van explicando después, se vio obligado a vendérselo a unos mafiosos y por tanto ya no es propietario, aunque el bar siga llevando su nombre. 

Debido a eso, el bar es la tapadera de contrabando y blanqueo de dinero, hasta que un atraco inesperado remueve los cimientos de tan jugoso negocio poniendo en jaque a todos los involucrados en la escena.

Tom Hardy y Noomi Rapace en La entrega

Entre tanto, Bob encuentra un cachorro de pitbull, con síntomas de maltrato, en los cubos de basura de una mujer un tanto enigmática (Noomi Rapace) pero con la que tiene buena química por cierta analogía en el carácter introvertido de ambos que se va limando gracias al perro al que los dos cogen especial cariño.

Conoceremos sin prisa pero sin pausa el carácter de los personajes que nos presentan la propia humanidad, veremos cómo sufren, mienten, trapichean como reflejo de una sociedad que parece que ha tocado fondo pero que sin embargo sabe salir adelante de una forma sencilla aunque no conformista dentro de un escenario difícil como puede ser el problemático barrio de Brooklyn plagado de violencia y negocios poco recomendables.

El bar de Marv y Bob en La entrega

En “la última de Gandolfini” todo parece casual pero nada es lo que parece y todo acaba encajando de una forma o de otra, aspecto que resulta muy gratificante para el espectador.

Nota: 8/10

Lo mejor: La intriga y la insinuación que da libertad al espectador para sacar sus propias conclusiones morales sin dejarte la historia inconclusa o con la miel en los labios.

Lo peor: Los mafiosos resultan poco creíbles.

Curiosidades: La película está basada en la novela de Dennis Lehane que también es el guionista. James Gandolfini antes de ser actor regentaba un club nocturno de Nueva York donde observando “muchas cosas interesantes” se fue fraguando su potencial artístico que le serviría de mucho a lo largo de su carrera. Volveremos a ver a Tom y Noomi en 2015 en Child 44 pero esta vez en un escenario muy diferente: de Estados Unidos pasan a Rusia.


Dedicatoria: In loving memory of Gandolfini. DEP

-Alicia Hernández-

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